14.6.06

¡Vencido...

¿Vencido yo, porque me ahogó la sombra?...
El que sucumbe, aunque en la lid sucumba,
¿no es más que un luchador que se derrumba
para esa humanidad, que ni le nombra?

¿Vencido yo, porque el dolor me abruma?...
¿Vencido yo, porque mi labio calla
al contemplar flotando la canalla
como sobre la mar, flota la espuma?

¿Vencido yo, porque alzo indiferente
la soberbia mirada del Cruzado,
al evocar las glorias del pasado,
contemplando las ruinas del presente?...

Yo no he caído aún en la pelea!
Erguido y varonil, no me desvío:
¡Conservo mi actitud de desafío
y en la arena estaré, contra quien sea!

Quizás mis esperanzas hayan muerto
bajo el duro rigor de la contienda,
y ante mis ojos, pavoroso extienda
su interminable páramo, el desierto...

Pero soy invencible: vibro el verbo
de la suprema redención humana,
que como un sol irradiará mañana
sobre el mundo moral de lo pretervo...!

Ni me halaga el laurel, ni eludo el odio,
ni temo las diatribas de Aristarco,
y para todo corazón de Hiparco
tengo la fibra del puñal de Harmodio!

¡Mi actitud varonil jamás se abate!
¡Al escuchar el himno de los bronces,
vibra mi altivo corazón, y entonces
mi pluma es una lanza de combate!

Felipe Torcuato Black
"Cantos de Bronce" 1905

No hay comentarios.: